La multitarea – hacer varias cosas a la vez – resulta mucho más difícil para nuestro cerebro a primera hora de la mañana y a última hora de la noche, según un estudio realizado por Daniel Bratze, de la Universidad de Tubinga (Alemania).
Según Bratze, su investigación demuestra que la hora del día afecta a la velocidad del procesamiento cognitivo. Incluso la destreza manual y la fuerza de agarre, dos indicadores de la habilidad motora, son sensibles al ritmo circadiano, alcanzando el punto más bajo por la mañana y un pico de máximo rendimiento a última hora de la tarde, según revelan estudios anteriores.
En experimentos con 6 sujetos que se mantuvieron despiertos durante 28 horas seguidas, desarrollando tareas cognitivas cada dos horas, Bratze y sus colegas observaron que el tiempo de reacción aumenta (se hace más lento) a medida que avanza la noche, alcanza su punto más bajo a primera hora por la mañana, y a continuación se acelera. Esto guarda relación con la secreción de melatonina, una hormona fundamental en la regulación del reloj biológico. Por otra parte, al pedir que los sujetos hicieran dos tareas de forma simultánea, las interferencias entre ambas también eran mayores al amanecer que durante el resto de la jornada.
Según afirman los investigadores, esto explica también por qué conducimos más lento por la mañana y por qué hay más accidentes de tráfico a primeras horas del día. “Nuestras reacciones son más lentas y la eficiencia del cerebro está disminuida”, aclaran.